La
inflamación aguda es una respuesta vital a la infección que se inicia en
segundos de la detección de un patógeno. Los granulocitos se reclutan de forma
rápida a los sitios de infección, donde se activan y aumentan la capacidad
residente del tejido infectado para matar y al final eliminar el patógeno.
Estos primeros eventos en la respuesta del huésped a la infección son
esenciales para la supervivencia, y varias familias de mediadores
proinflamatorios los coordinan, que incluyen los mediadores lipídicos (como las
prostaglandinas y los leucotrienos), las citocinas y las quimiocinas. Estos
mediadores proinflamatorios tienen funciones superpuestas y distintas y, por
último, inducen un aumento en la permeabilidad vascular y orquestan el
reclutamiento de leucocitos. Conducen a los signos cardinales de la inflamación
del tejido – es decir, calor, rubor, tumor, dolor y de manera potencial functio
laesa (fig. 1).
De manera reciente,
se dilucidó una nueva serie de moléculas que funcionan en la resolución de la
inflamación y se nombraron como mediadores especializados a favor de la resolución
(SPMs).